Con la tecnología de Blogger.

LA MEJOR HERMANDAD DE WOWCORE

lunes, 21 de marzo de 2011

[Relato] La Caída de un Héroe: Fortaleza, Pasión y Venganza.

Esta es la segunda parte de La Caída de un Héroe.


¡Si quieres leer la primera parte visita este link!: 
http://guildlacruzadadelamuerte.blogspot.com/2011/01/relato-la-caida-de-un-heroe.html


PROLOGO:


-Ya he tomado mi decisión, Labo.
-¿De qué estás hablando?
-De mi futuro, Labo, hablo de mi futuro.
-¿Y cuál es tu decisión?
-Tú eres un gran instructor y me has adentrado en el mundo de la magia vil y la demonología pero no puedo permanecer toda mi vida en esta granja probando mis poderes con troggs y kobolds tan débiles como los que hay en este lugar, por eso me iré, recorreré Azeroth y seré el mejor brujo que exista, verás como estarás orgulloso de mi al igual que mi padre.
-¿Estás seguro?
-Sí, por supuesto y espero que tú logres entenderme.
-Te entiendo perfectamente.


Así, Dominusnecis comenzó un nuevo viaje, alrededor de Azeroth, acompañado únicamente por Volyap, su diablillo y en su mochila cargando un viejo mapa del padre de Labo y una piedra encantada que podría usar para regresar a la vieja finca.
Imagen












CAPITULO 1:

Dominusnecis emprende un viaje hacia Ventormenta, allí estaba dispuesto a cumplir cualquier encargo ofrecido por sus habitantes, solo pensaba en ganar experiencia usando sus hechizos ya que como su padre le dijo alguna vez, la experiencia hace al maestro.

Dominusnecis camina unos kilómetros en camino a la ciudad y por el camino se encuentra con un guardia de Ventormenta.

-Saludos humano.
-Buenas tardes señor.
-Nombre, ocupación y lugar al que se dirige.
-Me llamo Dominusnecis, soy un aprendiz de brujo y actualmente soy ingeniero gnómico, me dirijo a la ciudad de Ventormenta.
-¿Se puede saber con qué motivos se dirige a la ciudad?
-En busca de algún trabajo que me pueda ofrecer alguien para ganar dinero y experiencia a la hora de usar mis facultades.
-Disculpa las molestias Dominusnecis, es parte de la rutina.
-No se preocupe señor, con su permiso continuare mi camino.
-Adelante, joven brujo.

Imagen
Ya estaba cayendo la noche y los lobos comenzaban a aullar fuertemente, los ojos amarillos y brillantes de las criaturas del bosque observaban a Dominusnecis silenciosamente, es miedo invadía al joven humano.

-Ya casi estoy en Villadorada, allí pasaré la noche.


Los aullidos de los lobos y los gruñidos de los osos se escuchaban cada vez más cerca del muchacho, las garras y patas de las criaturas hacían sonar las hierbas, parecía que todo el bosque estuviera observando a Dominusnecis esperando el momento justo para atacar.

-¡Chico! ¿Pero qué haces en el bosque a esta hora? ¿No sabes que es de noche y es peligroso?
-Lo siento señor, venía desde Villanorte y la noche cayó sin que yo me diera cuenta.
-No puedes seguir el camino, debes descansar en la posada, le diré al tabernero que te prepare un cuarto.
-Gracias por su hospitalidad señor.


Dominusnecis esa noche se quedó en la posada de Villadorada junto con otros 3 viajeros que estaban allí, eran un elfo nocturno, un enano y un humano.
Imagen


Al día siguiente los 4 viajeros que se quedaron la noche anterior en la posada se encontraron en la mesa para el desayuno.

-Hola humano, ¿llegaste anoche?
-Sí señor, iba a Ventormenta pero la noche y la oscuridad me envolvieron, me obligue a quedarme aquí para no perder mi vida.
-¡Ja! Los humanos son muy débiles y miedosos, nosotros los enanos no nos dejamos influenciar de esa manera por el miedo, somos valientes, sobre todo yo que viví por meses en las estepas ardientes enfrentándome todos los días a enormes dragones y malvados hierro negro.
-Cállate enano, debes estar mintiendo en cada palabra que dijiste.
-Insolente, los enanos de Forjaz no le tememos a nada.
-¿Huelo tensión entre ustedes?
-El elfo tiene razón, enano, debemos respetar al nuevo.
-No se preocupen por mí, en breve me voy.
-¡¿Pero si acabas de llegar?!
-¿Lo ves? Ya asustaste al joven con tus historias de dragones y enanos hierro negro.
-¡Cálmense todos, el desayuno ya está listo!


Rápidamente Dominusnecis desayunó y pagó con unas pocas monedas de plata al tabernero por sus
servicios y continuó su camino.

-Adiós muchacho, ten cuidado.
-Que Elune te acompañe, humano.
-Adiós, humano y que no te vaya a comer un árbol
- Dijo el enano y al instante se echó a reír con esa risa tan peculiar de los enanos.
Imagen

Al llegar a Ventormenta, casi al instante recibió su primer trabajo sin que le dieran tiempo ni siquiera de ver un poco la ciudad, pero ¿cómo rechazar un trabajo con tan buena recompensa? Por supuesto al momento lo cumplió y recibió un generoso pago, y después de un rato le encargaron una siguiente tarea, continuando así durante varios días.

Continuara...



CAPITULO 2: Mercenarios.

Desde que Dominusnecis dejó a Labo solo, han pasado ya casi un año entero y como es de esperarse, el joven brujo se ha convertido en uno de los mejores brujos de Ventormenta superado únicamente por los instructores escondidos en el barrio de los magos y uno que otro viajero.

Ahora mismo, Dominusnecis o Dominus como lo apodaron de cariño en el barrio de los magos, se encuentra en Costasur a donde fue enviado por el rey Varyan para realizar trabajos contra los Renegados que avanzaban.
Imagen

La verdad hace unos meses ha llegado a “Dominus”, la plaga ha arrasado Lordaeron y todos los habitantes de la zona han sido convertidos en esbirros del Rey Lich, incluyendo todos esos soldados que abandonaron el ejercito de Jaina para defender sus familias; Lordaeron, Remól, Andorhal, Castel Darrow, Villa Darrow, Cruce de Corin, Stratholme y Quel’Thalas, todo en ruinas, lo único que sobrevivió fue Costasur pero está siendo asediada por los renegados que quieren hacerse con su control.


-Joven brujo, no creo que puedas encargarte solo de estos guardias.-Dice el alguacil de Costasur con algo de preocupación expresada en su rostro.
-¡No cree que pueda encargarme solo! Patrañas, puedo enfrentarme con todos esos guardias al mismo tiempo.
-Si quieres sobrevivir a cualquier batalla, nunca debes subestimar al enemigo.
-Si dice que no puedo solo contra esos viles renegados ¿qué hará?
-Hace unos días, Ventormenta nos envió a una humana, es maga y es de las mejores magas que conozco, su nombre es Lisbeth.
-¿Insinúa que debo ir con ella?
-Cálmate, las mujeres también podemos ser buenas en el combate.
- Dice una bella mujer mientras entra en la sala del alguacil.
-No lo dudo, pero aún pienso que puedo enfrentarme a esta misión solo.
-¿Tienes miedo se hacer equipo conmigo? Jajajaja.
-¿Miedo de hacer grupo contigo? No es eso, solo que me estorbarías.
-Creo que será al contrario, te advierto que no estaré pendiente de salvarte la vida.
-Que insolente eres.
-Y tú que terco eres.
-Dominusnecis, Lisbeth, ambos deben trabajar juntos para llevar esta misión al éxito, los renegados que deben asesinar están cerca de Molino Tarren, con que acaben con 10 será suficiente para debilitar las defensas de Molino Tarren, confío en los dos, ¡adelante!


Ambos, humano y humana se dirigieron a Molino Tarren para acabar con algunos de sus guardias pero no podían evitar seguir con sus tontos enfrentamientos de palabra por el camino.
Imagen

-Espera, cállate.
-¿Ahora me callas? Ni hablar.
-Que guardes silencio.
-Oblígame.
-Mira es uno de los guardias, ahora cállate.
-Es un huesudo, acabemos con él de una buena vez.


El guardia parecía débil de apariencia, era solo un no-muerto cualquiera, aparentemente.

-¡Al ataque!
-¿Un humano? Jajajaja acabaré con él silenciosamente.



El vil renegado al ver el “ataque cuerpo a cuerpo” por parte de Dominusnecis, se volvió invisible confundiendo al brujo y a la maga.

-¡¿Dónde está?!
-No lo sé, no puedo verlo.
-Con que el humano no viene solo, ¡acabare con tu amiga primero!


El renegado apareció a la espalda de Lisbeth y con una daga envenenada amenazando su cuello se echó a reír.

-Ayúdame Dominusnecis.
-Si te acercas, tu amiga se muere.
-Canalla, suéltala.
-¿Quieres enfrentarte a mi?
-Por supuesto.
-Así será
.
Imagen

El renegado soltó a Lisbeth y de nuevo se volvió invisible.

-¡Deja de esconderte!
-¡Muere maldito humano!


El renegado apareció de repente abalanzándose sobre Dominusnecis con intención de atravesarlo con su inmunda daga.

Mientras el asqueroso no-muerto saltaba sobre Dominusnecis, este invocó su fiel Abisario y usó el sacrificio del mismo para protegerse del ataque, inmediatamente después, utilizó un hechizo maligno que causaba que el oponente sintiera un miedo temible hacia el brujo y aprovechando la ocasión, enfermó al renegado con 3 de sus maldiciones más poderosas y lo dejó en el suelo sufriendo de inmenso dolor mientras moría.

-Eres perverso, el brujo más perverso que he conocido ¿en verdad piensas dejarlo sufriendo así?
-Es lo que se merece.
-Eso, era un humano y merece una muerte digna
.

Lisbeth se volvió hacia el renegado y atravesó su pecho con un proyectil de hielo dándole lo que ella consideraba una “muerte digna”.

-Claro, enfermarlo mortalmente no es una muerte digna pero atravesarle el pecho si lo es.
-No quiero debatir eso…Por cierto…
-Dime.
-No te agradecí por salvarme la vida…gracias.
-Jajajaja creo que tuviste que prepararte mentalmente para poderme decir eso.
-¡No te rías!


Luego de esa batalla, las demás batallas contra los guardias fueron un poco más sencillas y rápidamente regresaron con el alguacil de Costasur, bañados en sangre y con una gran sonrisa.

-¿Disfrutaron asesinando a los renegados?
-La verdad yo no, eso es de salvajes.
-Yo sí, no merecían más que una muerte violenta.
-Eres muy perverso, me das miedo.
-Y lo dice la señorita proyectiles asesinos.
-Bueno chicos, están muy sucios, llenos de sangre y deben estar cansados, les recomiendo quedarse en la posada y tomar un buen baño pero sobretodo, descansar porque mañana será un día difícil para ustedes.
-¿Por qué lo dice?
-Pienso contratarlos como mercenarios de Costasur, incluso estoy considerando regalarles una casa de la ciudad, por supuesto una que esté vacía
.


Los jóvenes maga y brujo dichosos con la noticia de tener un “trabajo” por tiempo indefinido, se dirigieron a la posada donde cada quien tomo un baño y debido a los pocos cuartos que quedaban, se vieron obligados a compartir cuarto al menos por esa noche.

Continuará..



CAPITULO 3: Sufrimiento.

-¿Por qué tengo que compartir habitación contigo?
-Créeme, esto tampoco me agrada.
-Bueno, tendré que soportarte al menos por esta noche.
-Se nota que te gusto.
-¡Tu gustarme! Bah, patrañas.
-Bueno, pues tu tampoco me gustas…Que duermas bien Dominus.
-Lo mismo te digo.


A la mañana siguiente, muy temprano, ambos jóvenes humanos se despertaron y comieron su desayuno para partir hacia la casa del alguacil.

Esa mañana especialmente se veía muy activa, algunos enanos borrachos cantando, los guardias ya estaban vigilando y la mayoría de luces de las casas estaban prendidas.

-Para ser que esta ciudad es muy activa desde temprano en la madrugada.
-Así parece.


Los humanos llegaron a la casa del alguacil donde este estaba esperándolos desde hace un tiempo.

-¿Por qué tardaron tanto?
-No fue nuestra intención señor, por favor perdónenos.
-Ya no importa, les daré su siguiente misión, si la cumplen bien, lo de contratarlos como mercenarios de la ciudad será un hecho.
-Claro señor, haremos lo que nos pida.
-Eso espero muchacho. Su siguiente misión es viajar hasta los campos de Trabalomas, han llegado reportes de constantes ataques por parte de la horda a ese lugar, protéjanlo todo el día, los espero aquí mañana a esta misma hora.
-Ósea, ¿proteger los campos las 24 horas?
-Así es muchacho, ¿estas quedándote sordo?
-No señor, protegeremos los campos.


Ambos humanos se dirigieron a los campos de Trabalomas y por el camino, como de costumbre, discutían por lo primero que se les viniera a la mente.

-Al fin llegamos.
-No sé como te he soportado tanto tiempo.
-Cállate, tu tampoco es que seas la mejor maravilla.



Saludaban con la mano a todos los granjeros que andaban en la zona y se dirigieron a hablar con el Magistrado para que les diera hospedaje en alguna de las granjas.

-Señor Magistrado, ¿cómo está usted el día de hoy?
-Muy bien muchacho.
-Magistrado, nosotros fuimos enviados por el alguacil de Costasur para proteger los campos durante las próximas 24 horas, ¿podría usted ser tan amable de darnos hospedaje en alguna de las granjas solo por hoy?
-Si son enviados de Costasur ¿cómo les negaría el hospedaje? Pueden quedarse en la vieja granja de Frank, el hombre fue asesinado unos días y la granja está desocupada.


Los humanos salieron a preguntar a los granjeros cual era la granja de Frank y con vagas instrucciones, encontraron el lugar un poco sucio pero no les importó establecerse allí.

Las primeras horas fueron tranquilas, nada fuera de lo común.

-¿Has visto como esos dos se lo han pasado discutiendo desde que llegaron?-Le dice uno de los granjeros a otro.
-Sí, parece no cansarse de gritar.

Cuando el brujo y la maga estaban en mitad de otra discusión, desde afuera se escucha un grito.

-¡Nos atacan!

Ambos salieron rápidamente de la granja y vieron a un par de orcos a punto de asesinar a un granjero.

-¡Alto!
-Gritó Dominusnecis con furia.

A los orcos les llamó la atención el grito del brujo y de inmediato se dirigieron a atacarle, uno se escondía detrás de los arboles de la granja planeando un ataque por sorpresa, mientras el otro atacaba directamente.
Imagen

-Estos orcos no saben a qué hora se metieron con nosotros.
-Acabemos con estos seres repugnantes de una buena vez.



Cuando el orco se acercaba cada vez más a “Dominus”, esté invocó una demonio muy seductora la cual con un ademan confundió al orco y luego comenzó a atacarle despiadadamente.

-El otro orco está escondido detrás de ti.
-Ya lo vi, no soy tonta.


Dominusnecis comenzó a lanzarle bolas de fuego y de sombra al orco seducido y adolorido cuando por fin, cayó muerto a la tierra. El otro orco al ver como se deshicieron de su compañero tan fácilmente, optó por huir sin que lo vieran.

-No huiras.

Lisbeth se tele transportó al frente del orco y lo transformó en oveja mientras se reía a carcajadas de él, cuando al fin se liberó, con una fuerte brisa de hielo, Lisbeth lo empujó y se golpeó la cabeza contra una roca del suelo y así mismo, muriendo.

El resto del día fue tranquilo para los humanos y como el alguacil les dijo, pronto regresaron a Costasur muy temprano en la madrugada.

-Muy bien hecho muchachos, sabía que podía contar con ustedes.
-¿Entonces nos contratará?
-¡Dominus! No seas grosero… ¿Entonces nos va a contratar?
-Lisbeth, a ti nadie te entiende.
-Por supuesto que los voy a contratar y les voy a dar una casa que está muy ceca de aquí, pero claro, tendrán que compartirla.


No muy a gusto con la idea de compartir la casa, ambos aceptaron el empleo y se dirigieron a ver la casa.

Una pequeña casa con una sola planta de altura que constaba solamente de una cama, una mesa, un tablón para cocinar y un armario.

-¿Está es la casa?
-Al menos no es tan pequeña como el cuarto en el que nos quedamos la otra noche.


Durante más de un año, los dos humanos aprendieron a llevarse bastante bien y cumplían todas las misiones que los habitantes de Costasur les encargaban, se habían hecho celebridades y por esta misma razón el alguacil tan pronto tuvo la oportunidad, los trasladó a una casa mucho más amplia en la ciudad.

Las cosas entre Lisbeth y Dominusnecis se ponían cada vez mejor, incluso parecía que se estaban enamorando el uno del otro.

-Sí señor, ¿para qué nos ha requerido?
-Es una misión muy importante.
-Claro señor, díganos ¿qué es?
-Sylvanas se ha enterado de que ustedes están intentando acabar con el Molino Tarren y a enviado a uno de sus más poderosos guardias reales a proteger el lugar.
-¿Quiere que nos encarguemos de él?
-Así es, pero teniendo en cuenta que es uno de los más poderosos guardias reales, he mandado a traer a un poderoso guerrero desde el casco antiguo en Ventormenta. Puedes entrar, Emmanuel.


En ese momento un humano con una armadura que parecía más pesada que su propio cuerpo entra en la habitación.
Imagen

-Saludos, mi nombre es Emmanuel Rowans pero pueden llamarme Emakpo, y estoy aquí para servir a la Alianza una vez más.
- Emmanuel ha sido voluntario para realizar esta misión, confió en ustedes tres, y recuerden que no deben subestimar al enemigo, en esta ocasión parece más poderoso.


Los tres humanos partieron hacia Molino Tarren muy confiados de sus habilidades y de que podrían encargarse de ese guardia real rápidamente.

Por el camino, se percataron de que los cruces que conducen a Molino Tarren estaban más custodiados que nunca.

-Tendremos que encargarnos de todos estos guardias si queremos llegar a Molino Tarren.
Imagen

Entre los tres, se encargaron de todos los guardias que encontraban muy fácilmente hasta llegar a Molino Tarren.


-¡¿Dónde estas guardia real?!-Gritaba Dominusnecis mientras todos en Molino Tarren salían a ver a los intrusos.
-Me están buscando a mí.

De repente salió un renegado que no parecía ser muy poderoso, incluso su armadura era de tela y no de muy buena tela considerando que era un guardia de la reina.
Imagen

-No se preocupen, yo me encargaré de los intrusos. He venido aquí a encargarme de unos humanos que están interfiriendo en los planes de mi reina alma en pena y supongo que son ustedes.
-Así es, somos nosotros.
-Muy bien, me presento, mi nombre es Uligar.
-¿¡Uligar?!
-Así es humano.
-Te conozco, eras ese mago que me salvó la vida hace unos años en el grupo de Jaina.
-Ya te recuerdo, veo que no has muerto…hasta hoy.
-Uligar, tú eras un humano honorable, ¿qué sucedió contigo?
-Mi historia no es de su incumbencia.


Mientras Uligar decía esto, se tele transportó ubicándose detrás de la espalda de Lisbeth y ya estando allí, lanzó una bola de fuego que le quemó toda la espalda y la dejó inconsciente.

-¡Lisbeth! Pagaras…

Dominusnecis furioso invocó a su fiel manafágo ya que era la decisión más inteligente para enfrentarse a un mago. Emakpo por su parte comenzó a cargar y con fuerza se lanzó contra el enemigo pero este lo repelió con una onda expansiva de magia no obstante el guerrero se levantó y volvió a cargar contra el poderoso mago quien utilizó la misma habilidad con los mismos resultados.

-Cczatom, ahora devora su magia.-Dijo Dominusnecis refiriéndose a su manafágo.
Imagen

El fiero can demoniaco utilizó sus más poderosas habilidades contra el mago mientras Dominusnecis intentaba hacer lo mismo y Emakpo igual, pero el mago era muy poderoso y nada de lo que usaran lo afectaba.

-¡Acabare primero con tu fastidioso perro!

Lanzando un proyectil de hielo, atravesó a Cczatom y lo asesinó, luego de eso congeló los pies de Emakpo para inmovilizarlo mientras se acercaba lentamente a Dominusnecis y con una lluvia de hielo, dejó inconsciente a Emakpo y a Dominusnecis.

-Que fácil fue acabar con ustedes.


El mago volvió a su refugio en una de las casas de Molino Tarren mientras Dominusnecis con las pocas fuerzas que le quedaba, alcanza la mano de Lisbeth, saca un anillo de su bolsillo y se lo pone en su dedo corazón; el anillo tenía un grabado: ¿quieres casarte conmigo?



Continuara...



CAPITULO 4: El Día Negro.

-¡Lisbeth!, ¡Lisbeth! ¡¿Dónde estás Lisbeth?!

Dominusnecis, Lisbeth y Emmanuel fueron encontrados inconscientes en uno de los caminos que se dirigía a Costasur con una carta de advertencia que decía: Cualquiera que interfiera en el plan de mi reina alma en pena y de los renegados, quedaran igual que estos humanos o peor…¡Están advertidos!.
El guardia que los encontró, de inmediato pidió ayuda y trasladaron a los humanos heridos a la clínica de Costasur…aun estaban con vida los tres.

-Lleva más de cuatro días inconsciente y no ha dejado de decir Lisbeth dónde estas.
-Pobre muchacho.
-¿Quién se atreverá a decirle la verdad cuando despierte?
-Yo lo haré.
-¿Está seguro, alguacil?
-Muy seguro.
-Señores, les tengo buenas noticias, Dominusnecis está a punto de despertar.
-Eso me alegra mucho.

Imagen


Dominusnecis despertó muy conmocionado y gritando.

-Emakpo, alguacil, ¿dónde está Lisbeth?
-Por favor Emakpo, enfermera, déjennos solos.
-Sí señor.
-¿Qué sucede, alguacil?
-Dominus… es difícil decir esto.
-¡¿Le sucedió algo a Lisbeth?!
-Dominusnecis, cuando los encontraron a ustedes tres, los trajeron a este lugar y trataron de curar sus heridas, los tres estaban al borde de la muerte.
-No se detenga por favor, sígame contando.
-A pesar de todos los esfuerzos, Lisbeth estaba muy mal herida y…
-¡¿Qué le sucedió?!
-Murió…


Dominusnecis impactado con la noticia no podía pronunciar palabra alguna para demostrar la tristeza y el dolor que sentía, solo una pequeña lagrima que se resbaló por su rostro.

-Se lo difícil que es para ti.
-Le iba a proponer matrimonio…
-Lo sé…Puedes desahogarte, muchacho.


Al escuchar estas palabras, el joven brujo que siempre durante su estadía en Costasur había demostrado ser duro de corazón, se echó a llorar desconsoladamente. El alguacil tratando de consolar al humano, lo abrazó y le susurró al oído.

-Lo siento mucho Dominusnecis, de verdad lo siento.

Dominusnecis un poco más calmado entre sollozos le dijo al alguacil.

-Era una humana muy poderosa y honorable, merece un entierro decente en su ciudad natal.
- Tienes razón, hay que trasladar el cuerpo en el siguiente barco a Ventormenta.
-Por favor alguacil, encárguese usted del traslado, prefiero recordarla con vida que mantener en mi cabeza la imagen de su cuerpo muerto.
-Por supuesto, le pediré a Emakpo que me ayude.

Imagen

Así fue, en el siguiente barco que llegó a la ciudad, trasladaron su cuerpo a Ventormenta en donde la humana había nacido y se había criado. Al llegar a Ventormenta, todos se conmocionaron con la noticia y todo el barrio de los magos permaneció en luto.

Pocas horas después, la mayoría de los habitantes de Costasur arribó en Ventormenta para asistir al funeral de la maga y entre este grupo estaba Dominusnecis, Emakpo y el alguacil. Entre los invitados, estaba Labo, el primer instructor de Dominusnecis sin embargo debido a la tristeza que sentía el joven brujo, no cruzaron palabra alguna en todo el día.

Al día siguiente del funeral, fue el entierro de la joven la cual yace en el cementerio cerca de Villadorada.
Imagen


Esa noche, los habitantes que habían llegado desde Costasur, durmieron en las múltiples posadas que hay en Ventormenta. Todos durmieron a excepción de Dominusnecis el cual permaneció toda la noche sentado en su cama preguntándose a sí mismo.

-¿Porqué no pude protegerla? ¿Por qué fui tan cobarde y no le propuse matrimonio antes?

Tras cada una de estas preguntas, una lágrima resbalaba por las mejillas de Dominusnecis.

-Pero juro que me vengaré, Uligar debe morir.

A la mañana siguiente todos los que habían venido desde Costasur, regresaron a sus hogares y durante el viaje, Dominusnecis quiso hablar con el alguacil en privado.

-¿Qué es lo que necesitas?
-Señor, debo partir de Costasur y continuar mi camino.
-¿Pero porqué?
-Usted entenderá que no puedo regresar a la casa que compartía con ella.
-Claro pero puedo arreglar eso.
-No es solo por eso.
-¿Entonces qué más es?
-Anoche juré vengarme de Uligar y en Costasur no me fortaleceré, debo viajar a otros lugares para convertirme en el brujo más poderoso, vengarme y que mi conciencia pueda estar limpia.
-¿Pero por qué dices que tu conciencia no está limpia?
-No me entendería, la muerte de Lisbeth fue mi culpa…no pude protegerla.
-Te entiendo y estoy seguro que aunque te diga lo contrario, no podré convencerte de que no es tu culpa.


Al llegar a Costasur, Dominusnecis se despidió de todos en la ciudad y partió encargándole la protección de todos al único capaz de sustituirlo, Emakpo.

Dominusnecis sabía que el único lugar en donde podía fortalecerse es la antigua Draenor conocida actualmente como Terrallende, también sabía que el viaje hasta el portal oscuro no sería fácil y que el entrenamiento en Terrallende seria aun mas difícil pero estaba dispuesto a sufrir cualquier cosa para poder vengarse.
Imagen

Continuara...



CAPITULO 5: La Historia de Uligar.

Hace años, una parte del grupo que dirigía Jaina Proudmure, decidió regresar a Lordaeron para asegurarse de que sus familias estuvieran a salvo, entre ese grupo estaba el mago Uligar.

La preocupación se sentía entre el silencio del viejo barco de madera.

El viaje por las agitadas aguas tardó casi tres días y tres noches pero al fin estaban arribando en las costas de Claros de Tirisfal y aquello que vieron apenas desembarcaron no fue agradable.

-¡¿Qué sucedió en este lugar?!
-Es un infierno.


La oscuridad rodeaba totalmente la atmósfera del lugar y en cada rincón había esbirros de la plaga caminando hambrientos buscando victimas.


-Mi familia está hay adelante debo ir.
-Es muy arriesgado.
-Pero están en peligro.
-Viendo la situación, no podemos asegurar que sigan con vida.
-Debo asegurarme.


El valiente humano comenzó a avanzar por entre los árboles intentando llegar a su casa sin ser descubierto.

-Debemos acompañarlo.

El grupo entero comenzó a seguirlo cubriendo su espalda.

-Ya casi llegamos, es esa casa de allí.

Cuando el grupo se acercaba a la casa del soldado, una terrible bestia, un murciélago no-muerto apareció entre los árboles y comenzó a emitir un inmundo chillido que rápidamente llamó la atención de todos los necrófagos.
Imagen

-¡Corran!
-¡Por aquí entremos a mi casa, estaremos a salvo!


El soldado rápidamente abrió la puerta con su llave y la cerró trancándola con cualquier objeto que tuviera en la mano.

-Voy a subir a destrozar la cama, con la madera taparemos la ventana.

El soldado subió al segundo piso de la casa mientras todos los demás esperaban abajo.

-¡Ahhhhh!

Un grito de espanto provenía de arriba.

-¡Debemos ayudarlo!

Cuando el grupo se disponía a ayudar a su compañero probablemente caído, un pequeño necrófago apareció a sus espaldas y mordió la pierna de uno de los soldados; todos desesperados intentando quitar al aferrado necrófago de la pierna del soldado, uno de los del grupo agarró un gran candelabro de cobre y golpeó al necrófago con fuerza logrando así que se apartara de la pierna de su compañero.
Imagen

-¡Arriba! Que algunos suban mientras otros nos quedamos acá a ver qué podemos hacer con este necrófago.

Un grupo subió a auxiliar a su compañero mientras otro grupo se quedaba a rematar al necrófago inconsciente.

-Vamos golpéalo de nuevo, así acabaran con él.
-¡No puedo!
-¿Por qué no?
-Es solo un niño.
-Solía ser un niño, ahora no es más que un inmundo esbirro del azote.


Cerrando los ojos, el soldado que lo había golpeado con el candelabro, agarró fuerzas y comenzó a golpearlo más y más hasta destrozarle el cráneo y empapar a los que estaban cerca con sangre.

Aquel soldado que desató esta carnicería contra el necrófago, solo pudo arrodillarse y comenzar a llorar sin abrir los ojos.

-Vamos, subamos.

Todos subieron excepto el que se quedó llorando en el piso de abajo. Al subir, se dieron cuenta de que aquel necrófago mucho más grande había destrozado por completo a uno de sus compañeros y parecía estar teniendo un festín con él mientras los otros soldados lo golpeaban con fuerzas.

-¡¿Qué sucedió?!
-Cuando llegamos ya se estaba comiendo a su propio esposo, hemos estado intentando detenerla pero sin resultados.


El necrófago se levantó y observó a cada uno de los presentes en la sala, parecía que estaba escogiendo a su presa. El necrófago miró la pierna herida de aquel soldado que había sido mordido y se lanzó a atacarlo.

-¡Detengan a ese monstruo!

Todos comenzaron a atacar al necrófago con sus mejores habilidades antes de que llegara a la pierna herida de su compañero, pero cada ataque fue en vano, ese necrófago parecía no sentir ningún golpe, solo le importaba destrozar a sus víctimas y luego comerlas.

-¡Ayúdenme! ¡Por favor ayúdenme!-Gritaba el soldado presa del necrófago mientras este comenzaba a arrancarle sus extremidades con sus garras.
-¡Necesitamos ayudarlo pronto!

De repente en el primer piso se escuchó como se quebraba una de las ventanas seguido de un fuerte gruñido de lo que parecía otro necrófago y la voz del compañero que se quedó abajo.

-No, no por favor ¡no!...

El grito fue estremecedor y lo más macabro fue escuchar como los necrófagos masticaban a su compañero. Ya con tres compañeros muertos, Uligar solo se le ocurrió decir:

-¡Salgamos pronto de aquí!

Los soldados rápidamente bajaron las escaleras y vieron como el primer piso estaba infestado de necrófagos, unos 20 aproximadamente.


-¡Tenemos que salir por la ventana!

Intentando esquivar a los necrófagos y al mismo tiempo también a los muebles de la casa, algunos llegaron a la ventana por donde salieron pero la mayoría no lo logró.

-No podemos regresar a ayudarles, alejémonos de este lugar.

De los inicialmente 17 soldados que eran, ahora solo eran seis.

-¿Qué haremos, Uligar?
-Debemos alejarnos de este lugar lo más rápido posible y llegar a ciudad capital, probablemente allí estemos a salvo.
-¿Y nuestras familias?
-Ya viste lo que le sucedió a la familia de Flabio, es probable que todas nuestras familias estén igual.
-No, Uligar, me niego a pensar que mi familia son ahora necrófagos, voy a ir a Villa Darrow así sea solo.
-Como desees.


Uno de los soldados siguió su camino solo con la esperanza de llegar hasta Villa Darrow sin ser detectado, una tarea muy difícil. Los demás siguieron el camino hasta ciudad capital por entre los árboles, todo estaba lleno de esqueletos y necrófagos.

-¿En verdad crees que en ciudad capital estaremos a salvo?
-El ejército de Lordaeron debió retener a los necrófagos para que no crucen las puertas de la ciudad, es probable que estemos a salvo.



El viaje fue largo, difícil y peligroso pero al fin estaban en las puertas de ciudad capital. El grupo de ahora cinco soldados entraron a la ciudad que parecía estar en ruinas y deshabitada.
Imagen

-Cometí un error al traerlos a este lugar… ¡corran!

Necrófagos y no-muertos comenzaron a aparecer por todas partes mientras desesperadamente los soldados trataban de correr para salvarse. De los cinco soldados, solo tres lograron salir con vida de la ciudad capital pero aún los necrófagos y no-muertos los perseguían haciendo que llamaran la atención de todos los otros necrófagos que había en la zona.


-Parece ser el fin.
-Así parece.
-No, yo me niego a ser un esbirro más del azote, a pertenecer a aquellos que asesinaron a mi familia.
-Tienes razón, esforcémonos al máximo.


Los tres soldados victimas del cansancio, disminuyeron su velocidad pero aun no se rendían, aun un grupo de más de 100 necrófagos los perseguía y no podían darse por vencidos.
Imagen

Cuando estaban a punto de desplomarse, los soldados observaron como en el horizonte aparecían humanos con brillantes armaduras de paladín.

-Son paladines de la mano de plata, debemos ir con ellos.
-Sí.


Los soldados se acercaron a los paladines para pedirles ayuda, pero cuando se acercaron demasiado, los paladines se le lanzaron a uno de los soldados y comenzaron a arrancarle la carne a mordiscos.
Imagen

-¡Son no-muertos! ¡Huyamos!
-¡No! ¡Por favor ayúdenme!



Los ahora dos soldados ignoraron los gritos suplicando auxilio de su compañero y siguieron corriendo, al parecer habían perdido a la horda que quería comerlos.

-En ningún lugar estaremos a salvo.
-Este parece ser el fin del mundo.
-Espero que la señorita Jaina y su ejército se encuentren a salvo.
- Oye, Humel, coloquemos un campamento cerca de aquí y esperemos allí nuestra inevitable muerte.
-Me parece buena idea.


Humel y Uligar decidieron montar un campamento en la frontera entre Claros de Tirisfal y lo que ahora se conoce como las Tierras de la Peste. En dicho campamento, intentando olvidar lo que les sucedió, comenzaron a contar historias de su vida muy contentos.

-Espera…
-¿Qué sucede?
-¿Escuchas eso?
-Necrófagos.
-Sí, apaga el fuego.


Humel apagó el fuego y ambos soldados se metieron a la única carpa que tenían, esperando no ser encontrados.

-Parece que cada vez están más cerca.
-Silencio.


Uno de los necrófagos tumbó la carpa y advirtió al resto de necrófagos donde se encontraba el alimento.

Ese fue el fin de Humel y Uligar.



Continuara...



CAPITULO 6: El Portal Oscuro.

-Al fin llegué…El Portal Oscuro.

El aire se sentía frío y los recuerdos invadían la mente de Dominusnecis.

-¡Pagarás, Uligar!

El grandioso portal estaba frente a sus ojos, se disponía a cruzarlo sin saber que peligros le esperaban al otro lado.
Imagen

-¿Atravesarás el portal, humano?-Lo que parecía ser un hombre de más de dos metros de estatura, totalmente encapuchado con una larga capa….no parecía ser digno de confianza.
-Así es.
-Yo también, podríamos atravesarlo juntos.
-Esto es un asunto personal, no necesitare compañía.
-He escuchado que Terrallende es un lugar muy peligroso y no vendría de más tener a un pícaro del IV: 7 de tu lado.


Dicho esto, el misterioso encapuchado, dejó ver su rostro mostrando así que era un Kaldorei.

- De acuerdo, entremos.


Ambos, humano y elfo se dispusieron a cruzar el majestuoso portal hacia Terrallende. Se dispusieron a dar el primer paso dentro del portal; lo que suponían sería un viaje largo y turbulento, solo fueron cinco segundos rodeados de total oscuridad, era como cruzar una caverna.
Los dos forasteros llegaron a las áridas tierras de Península del Fuego Infernal en donde se sentía temor en cada rincón. Lo primero que vieron, elfo y humano no fue agradable, ¡Demonios de la Legión Ardiente luchando contra soldados de la Alianza y la Horda!

-Debemos ayudar en la batalla.
-No podemos hacer nada contra esos demonios.

Imagen

Perplejos, los dos extranjeros estaban de pie observando la batalla que parecía muy reñida.

-¡Oigan ustedes dos, vengan aquí!- Dijo un pequeño gnomo con armaduras de tela desde un pequeño campamento que consistía de un par de cabañas, vendedores y grifos.

Los dos viajeros rápidamente corrieron hacia el campamento en donde había varios soldados de la Alianza, unos heridos y otros dispuestos a la batalla.

-Viajeros, mi nombre es Gimbar Jaudin pero todos aquí y en Azeroth me conocen como Corruptor, el que corrompe ¿cuál es su nombre?
-Mi nombre es Dominusnecis Ladimor, mucho gusto en conocerlo señor...Corruptor.
-Tengo prohibido dar mi nombre por razones de seguridad.
-Bueno Dominusnecis y “señor misterioso”, sean bienvenidos, aquí podrán pasar un rato descansando y si necesitan llenar sus provisiones, nuestros vendedores son los mejores y los que dejan los precios más bajos.
-Lo siento señor Corruptor, tengo que volverme más fuerte, no hay tiempo para descansar.
-Bien, si tu objetivo es entrenar, puedes adquirir con nuestra maestra de grifos, un grifo para poder viajar por los aires y llegar a Bastión del Honor, allá de seguro te fortalecerás.
-Muchas gracias señor Corruptor.


Dominusnecis y aquel pícaro misterioso, se dirigieron a conversar con la maestra de grifos, una enana musculosa y al parecer muy poderosa.

-Disculpe, honorable enana.
-¿Acaso vienes a comprar uno de mis grifos?
-Así es.
-Bien, puedes elegir entre estos tres.


La enana dio unos pasos y entró a un establo muy viejo, por supuesto los dos forasteros la acompañaron.

-Swiftsnow, el grifo nevado, Skyligth, el grifo de ébano y por último Goldsky, el grifo dorado.

Las tres majestuosas aves eran hermosas y parecían muy tranquilas.

-Me llevo a Skyligth.-Dijo el misterioso pícaro.
-Bien, yo me llevo a Goldsky.
Imagen

Ambos viajeros dejaron varias monedas de oro sobre la masa de madera que estaba en el establo y montaron sus aves.

-¡Arre! ¡Al Bastión del Honor!

Las dos aves se alzaron por los aires y volaron a una velocidad incomparable, eran más veloces que el más presto de los corceles de Lordaeron.

Dominusnecis bajó su mirada y observó como el gnomo, Corruptor, los despedía con su mano.
El viaje no duró más de una hora, pero en el poco tiempo, se podía observar las áridas tierras y también las zonas invadidas por demonios o por orcos.

-Al fin llegamos, el Bastión del Honor.
-Sí…

Imagen

Los dos viajeros rápidamente llamaron la atención de cada humano, enano y gnomo en el lugar.

-¡Por aquí extranjeros!- Llamaba un fuerte enano.- Aquí pueden dejar a sus grifos, mi esposa y yo los cuidaremos mientras están en este lugar.
-Gracias por su hospitalidad señor enano.

Dominusnecis lo primero que hizo después de encargar a su nuevo grifo al enano, fue buscar por todo el lugar la taberna en donde de seguro encontraría a alguien que le encargara alguna misión.

-La mitad de este lugar está en ruinas ¿qué sucedió?
-¿Por qué me lo preguntas a mi? Llegamos juntos.



El joven brujo no podía evitar mirar las puntas de los edificios y las murallas en ruinas hasta que la curiosidad lo invadió y se dirigió a preguntarle a la primera humana que encontró.

-Disculpe señorita, ¿me podría decir que ocurrió aquí?
-Los orcos y los demonios han estado atacando el Bastión y son los responsables de estos estragos, tal vez encuentres más información en la taberna.


La taberna era de los únicos edificios intactos y por supuesto, los viajeros entraron a buscar información. Al entrar al lugar, los soldados clavaron su mirada en ellos y el silencio inundó la sala.
-¿Son extranjeros?-Preguntó un aguerrido general humano.
-Así es señor, mi nombre es Dominusnecis Ladimor.
-Yo no puedo decir mi nombre por razones de seguridad.
-Dominusnecis parece inofensivo, pero hay que vigilar al elfo.
-Ordenó el general a los soldados de la sala.
-¡Si señor!
-Me alegra tener por acá extranjeros, siempre están dispuestos a cumplir trabajos por un poco de reconocimiento, si se quieren ganar la total confianza de esta gente, deben ser muy fieles a mis órdenes, ¿entendieron?
-Sí señor.
-Sí señor.
-Bien, deben estar cansados.
-No señor para nada.
-Eso me alegra porque no los iba a dejar descansar de todos modos, su primera misión es acabar con un grupo de orcos viles que merodean la zona, sospechamos que pronto se dirijan a atacar el Bastión, pero no se preocupen que para esta misión no estarán solos, ¡Cebadiz, ven ahora mismo!


En ese instante un enano con armaduras de malla bajó las escaleras desde el segundo piso de la taberna muy lentamente, el enano no tenía pinta de ser de muchas amistades y tenía una cicatriz al lado derecho de su rostro, había perdido ese ojo.

-Cebadiz los ayudará ¿verdad, Cebadiz?
-Sí señor, como ordene.


Humano, elfo y enano se dirigieron a acabar con los orcos viles que estaban causando problemas por la región.

-Son bastantes así que hay que moverse con cuidado.
-Cebadiz, ¿viste a dónde se fue el elfo?
-Desapareció…
-Bueno, estoy seguro de que tú, yo y mi fiel Abisario podremos contra esos orcos.


Los dos mercenarios se ocultaban detrás de una roca espiando a los orcos, hasta que Cebadiz con firmeza agarró su arma de fuego y le disparó a uno con su disparo arcano, matándolo al instante.

-¿Pero qué hiciste? Ahora los demás orcos nos encontrarán.
-Confía en mí y en mi rifle.

Imagen

El enano guardó en su espalda su rifle y desenfundó su grandiosa hacha de dos manos y al instante saltó de su escondite tras la roca y comenzó con una desesperada carnicería rebanando la cabeza de cualquier orco que se le acercara.

-¡Espera, Cebadiz!

Dominusnecis convocó a su fiel Abisario y usó sacrificio sobre sí mismo para protegerse de los ataques orcos y mientras Hathtaz y Cebadiz atacaban cuerpo a cuerpo, Dominusnecis atacaba desde lejos, parecía que habían conseguido la victoria, pero el joven brujo sintió un fuerte golpe en la nuca y cayó al suelo inconsciente.
Imagen

-¡¿Qué haces, elfo?!-Gritó exaltado Cebadiz.

Los orcos viles aprovechando la confusión del enano, lo golpearon dejándolo también inconsciente.

Continuara...



CAPITULO 7: El Kaldorei Traidor.

-Vaya, ¿qué sucedió?-Dijo Dominusnecis despertando en una tibia cama y rodeado de humanos, enanos y gnomos.
-Al fin despertó.
-Dime muchacho, ¿qué ocurrió en ese lugar?
-No lo sé…yo estaba ayudando a acabar con los orcos viles cuando sentí un fuerte golpe, lo siguiente que sucedió fue esto.
-Yo les diré lo que pasó.
-Dijo Cebadiz quien estaba entrando en la habitación con unas vendas manchadas de sangre en el pecho y el abdomen.
-Cebadiz, ya despertaste.
-Les diré lo que sucedió en ese lugar.
-Adelante.
-Fue el Kaldorei, el Kaldorei traidor fue el que dejó inconsciente a Dominusnecis y provocó que los orcos viles me atacaran.
-Hay que buscar a ese maldito Kaldorei traidor.
-Yo no sé su nombre, pero cuando nos encontramos en el portal oscuro me mencionó que era miembro del IV: 7.
-¡Traigan ahora mismo a alguien del dedo pulgar del IV: 7!-
Ordenó el comandante del ejército humano.

Pasaron dos días mientras esperaban a alguien del dedo pulgar del IV: 7 y mientras Cebadiz y Dominusnecis se recuperaban, pero al fin después de tanto esperar se anunció la llegada del miembro del dedo pulgar del IV: 7.

-¡El miembro del IV: 7 ha llegado!
Imagen

Todos salieron a admirar al poderoso pícaro que había llegado.

-¿Por qué todos lo admiran y respetan?-Preguntó Dominusnecis a Cebadiz quienes estaban mirando por la ventana de la posada.
-¿No sabes quién es?
-No, para nada.
-Es Mathias Shaw, líder del IV: 7 y uno de los 30 miembros del dedo pulgar.
-Vaya, sí que es respetado ese Mathias.


El comandante del ejército humano llamó al líder del IV: 7 para hablar en privado, ambos humanos entraron en la taberna y bajaron al sótano.

Después de varias horas, los dos humanos salieron de la taberna y el líder del IV: 7 levantó la mano dando la señal de que iba a dar un anuncio.

-Para mí, es un deshonor que un miembro de mi organización haya hecho tal barbaridad, es un acto de traición y aunque desconocemos las razones por las cual ese maldito elfo hizo tal cosa, es totalmente seguro que el IV: 7 tomará represalias. Volveré a Ventormenta y enviaré un gran ejército especializado en búsqueda para encontrar al Kaldorei, cuando lo encuentren, yo mismo me encargaré de cortarle el cuello.

Al terminar de decir su discurso, el pueblo del bastión del honor comenzó a alzarse en gritos y alabanzas al grandioso pícaro.

Poco tiempo después, el pícaro se marchó para volver a Ventormenta.

El tiempo pasaba lentamente, las noches y los días eran eternos pero al fin había llegado el ejército de búsqueda, eran alrededor de diez hombres entre los que estaban humanos, enanos y un gnomo.

-¡Bien, el grupo de búsqueda ya llegó, así que mi mejor pelotón irá a acompañarlos, por supuestos Cebadiz y Ladimor también irán y otro pequeño grupo se dirige hacia acá dirigido por el gnomo Gimbar Jaudin!

A los pocos minutos, un pequeño grupo no mayor de 8 personas, llegó al bastión dirigido por un gnomo con una armadura imponente pero no muy pesada y la cara oculta.
Imagen

-Gimbar, cuánto tiempo sin vernos.-Dijo el comandante humano al gnomo con quien parecía conocerse.
-Compañero Karatos, me alegro volver a verte, ¿cuál es la emergencia?
-Un elfo del IV: 7 nos traicionó y atacó a un par de mis soldados.
-Qué barbaridad, ¿quieres que lo encontremos?
-Quiero que tu grupo ayude al IV: 7 y a mi grupo a encontrarlo y que cuando lo hagan lo tragan acá para ponerlo como prisionero.


El gnomo se quitó la capucha que cubría su cara y para sorpresa de Dominusnecis, ese gnomo era Corruptor.

-Bien, ayudaremos al IV: 7 y a los soldados del bastión a encontrar a un Kaldorei traidor.-Dijo Corruptor a su grupo.

El grupo que entre los soldados del bastión, el grupo de Corruptor y el grupo del IV: 7 superaban los 30 miembros, partió en la búsqueda del cruel Kaldorei; curiosamente, los más de 30 miembros, todos poseían un grifo para moverse por aire aunque algunos grifos como el de Corruptor poseían una brillante armadura y eran más grandes y veloces.

-Oye Corruptor, ¿dónde conseguiste esa bella armadura para tu grifo y por qué es tan veloz?-Dijo atrevidamente Dominusnecis al gnomo.
-Muchacho, es veloz por el duro entrenamiento que tuvo en Rasganorte y esa bella armadura la conseguí por 200 monedas de oro en el mismo continente helado.

El grupo durante varios días sin descanso se mantuvo por los aires de la península del fuego infernal buscando al cruel elfo.

-Señor, mi grifo está demasiado casado, ya casi no responde.
-Bien, en ese caso… ¡Todos, a máxima velocidad a la ciudad de Shattrath!


Obedeciendo al gnomo, todos y cada uno de los del grupo se dirigió la ciudad de la luz, afortunadamente no estaban lejos.
Imagen

En la ciudad, los soldados se alimentaron y alimentaron a sus grifos y esa noche se quedaron en la posada donde muchos tuvieron que compartir cama, incluso algunos durmieron 5 en una sola cama.

A la mañana siguiente, Dominusnecis se despertó más temprano, antes de que despertaran todos los demás para obtener el mejor desayuno antes de que se acabara. En su camino desde su habitación hasta el comedor, Dominusnecis escuchó una voz muy familiar junto con otra desconocida, ¡era el elfo traidor! Así que el joven brujo se dispuso a escuchar la conversación.

-Ya me encargue del brujo y de un enano que lo acompañaba.
-Bien… mi reina alma en pena disfrutará escuchar la noticia, sabía que podíamos confiar en el IV: 7, la única organización que se atrevería a traicionar a la Alianza por unas monedas de oro…


El elfo estaba conversando con un no-muerto renegado. Al instante, Dominusnecis corrió a despertar a los demás para no dejar escapar al elfo. Todos despertaron y en un abrir y cerrar de ojos la posada estaba rodeada y capturaron al elfo y al no-muerto, luego de la conmoción, el grupo partió al bastión con dos prisioneros.

Al llegar al bastión, el IV: 7 volvió a Ventormenta y Corruptor con los suyos volvió al campamento.

-No podemos matar al elfo hasta que Mathias llegue pero al no-muerto sí.
-Podemos pero no debemos, antes de asesinarlo, interroguémosle.
-Es buena idea, yo iré.


Dominusnecis bajó al sótano a interrogar al no-muerto prisionero.

-Hola, asquerosa bestia.
-No soy una bestia.
-Eso no es lo que importa lo que sí importa es el por qué quiere asesinarme su reina.
-No hablaré.
-Te conviene hablar si no quieres recibir mis maldiciones.
-Haz lo que quieras, no hablaré.
-De acuerdo, tú lo pediste.


Dominusnecis puso su mano en la frente del renegado y dijo susurrando.

-Corrupción.

El no-muerto comenzó a retorcerse de dolor y a gritar.

-¿Hablarás?

El no-muerto comenzó a reírse y se levantó de la silla, se había desatado sin que Dominusnecis se diera cuenta. El no-muerto saltó y destruyó la pared y huyó no sin antes decir.

-Si quieres saber algo, mi nombre es Piveri.
Imagen

Dominusnecis, sorprendido subió rápido la escalera y avisó a los demás.

-¡El no-muerto huyó, es demasiado rápido!
-No importa, ya no podremos seguirlo, solo nos queda esperar a Mathias.


Pocos días más tarde, Mathias Shaw regresó al bastión y sacó al Kaldorei de su prisión y le susurró sin que nadie más escuchara.

-Fallaste en la misión y morirás.
-Pe…pero señor…
-Cállate.


Mathias salió con el Kaldorei bien amarrado de manos y pies y lo obligó a arrodillarse ante él.
Imagen

-Pueblo del bastión del honor, este traidor, morirá hoy y ahora.

Mathias sacó una gran espada y con un movimiento de mano, le cortó la cabeza al Kaldorei. Mathias levantó la cabeza del suelo agarrándola del cuello y dijo.

-El traidor ha muerto, el IV: 7 no tolera traiciones.

Los soldados levantaron el cadáver decapitado y lo metieron en una fosa común, la fosa que usaban para enterrar a los orcos viles que mataban.

Continuara...



CAPITULO 8: La Batalla Contra Uligar.

Han pasado meses desde la muerte del Kaldorei “traidor”, Dominusnecis se ha convertido en uno de los mercenarios más apreciados del Bastión del Honor y como es de esperarse, ha incrementado mucho su poder, Goldsky, el grifo de Dominusnecis ahora es el grifo más rápido del Bastión y posee una brillante armadura de metal plateado y abrigado de tela azul. Cebadiz ha regresado a Forjaz hace tiempo y Corruptor está dirigiendo sus tropas a una batalla en Valle de Alterac.

-Es la hora…-Dijo Dominusnecis para sí mismo una mañana al despertar.

Dominusnecis se levantó de su cama y rápidamente se vistió con la ropa que tenía en el armario ubicado en su habitación, bajó las escaleras y pidió a la camarera su desayuno.

-Oye, nena, por favor el mejor desayuno que me puedas hacer, te lo pagaré.
-¿Qué sucede, Dominus, tienes una misión importante?
-Así es, la más importante de mi vida y quiero salir bien alimentado, el viaje no será corto.
-¿A dónde vas?
-¿Recuerdas el no-muerto prisionero que escapó hace meses?
-Sí.
-Me ha encontrado y me ha dicho que Uligar me busca en el Molino Tarren.
-¿El mismo Uligar que asesinó a Lisbeth?
-Ese mismo…
-¿Piensas ir?
-Por supuesto, mis poderes han incrementado y esta vez él morirá.
-Ten mucho cuidado, Dominus.
-Dejaré a Goldsky, no le gusta acercarse al portal oscuro.
-Yo lo cuidaré bien.


Después de comer su desayuno y de despedirse de todos en Bastión del Honor, Dominusnecis parte a cumplir su meta, asesinar a Uligar. Era un largo camino pero debía realizarlo.

No ha pasado mucho desde la partida de Dominusnecis, solo han pasado unas cinco horas y al fin estaba de nuevo en frente del majestuoso portal oscuro.
Imagen

-Tras este portal se encuentra mi destino… ¡Será tu fin, Uligar!

Sin pensarlo más, Dominusnecis cruzó el gran portal hacia Azeroth y después de unos segundos de total oscuridad, se encontraba en las tierras devastadas, los reinos del este.

-No queda muy lejos Nethergarde, allí contrataré a un grifo que me lleve rápidamente hasta la casa de Labo, luego veré que hago.

Así fue, en Nethergarde, Dominusnecis contrató un grifo con destino a la Abadía de Villanorte, cerca de la casa de Labo.

El viaje no tardó más de una hora con el veloz grifo, el joven brujo podía respirar de nuevo el limpio aire de la Abadía.
Imagen

-¡Labo!-Gritaba fuertemente Dominusnecis.

Hasta que después de unos minutos el pequeño gnomo respondió a sus llamados.

-¡Dominus!
-¡Labo!


Ambos, alumno y maestro se abrazaron y rieron emocionados con el reencuentro.

-Dominus no te veía desde…
-Desde la muerte de Lisbeth.
-Bueno, eso está en el pasado, ven conmigo te tengo un regalo.
-¿Un regalo? ¿Cómo sabías que vendría?
-No lo sabía, pero si sabía que regresarías algún día, te lo tengo desde hace mucho tiempo.
-¿Qué es?
-Sígueme.


Los dos viejos amigos llegaron a la vieja granja donde Labo estaba viviendo y en el prado había un bellísimo corcel negro, con la piel brillante y una postura majestuosa.
Imagen

-Vaya, que bello corcel.
-¿Te gusta?
-Está hermoso.
-Que bien que te guste porque es tuyo.
-¿Mío?
-Así es, es tu regalo.
-Vaya, gracias, Labo.
-Su nombre es Aquiles y solo come vegetales y algunas frutas.
-En serio me sirve mucho ahora.
-¿Por qué?
-Voy a Molino Tarren y necesitaba una montura.
-Piensas volver a enfrentar a Uligar ¿cierto?
-Sí, y esta vez no perderé, soy muy poderoso Labo y confío en mis habilidades.


Dominusnecis se quedó en casa de Labo unos momentos y salió a montar su nuevo corcel, Aquiles, en camino a Molino Tarren.

El camino es largo pero con Aquiles se tardaría unos nueve días.

Los paisajes han sido diversos, los peligros no muy altos, los pueblos visitados bastantes pero al fin Dominusnecis se encontraba en Laderas de Trabalomas, muy cerca de Costasur y de Molino Tarren.

-Nunca podré volver a Costasur, iré directo a Molino Tarren.

Dominusnecis ató a su corcel a un árbol cerca para que no escapara mientras él luchaba contra Uligar.

-Al fin en Molino Tarren… ¡Uligar, sal de allí!
-Veo que no te acobardaste, humano.
-Vengo a matarte, Uligar.
-Dices disparates, me enteré de que tú y tu amiguito seguían con vida, tu amigo es persistente y parece inmortal pero espero ser certero contigo.


La batalla ha iniciado…

Dominusnecis convocó a su más reciente demonio sometido, el guardia vil Toothoom mientras Uligar se ponía en guardia para luchar.
Imagen

-La última vez era débil, pero ahora soy mucho más poderoso.
-Parece que será una divertida batalla.


Dominusnecis convirtió su cuerpo cambiando a una forma demoniaca, mucho más grande, con alas, garras, pezuñas y un extraño símbolo en la frente. Sin pensarlo, el brujo se lanzó ferozmente con su forma demoniaca sobre su adversario y prendió su piel en llamas causándole mucho daño de entrada al perverso renegado, mientras el guardia vil intentaba golpearlo con su filosa y gigantesca hacha de guerra.

-No me mentiste, en serio eres mucho más poderoso, ese quemón me dolió.

Dominusnecis respondió algo al comentario de Uligar pero en lengua de demonios por lo tanto solo su guardia vil entendió lo que dijo.

Los golpes del guardia vil eran feroces y el brujo convertido en brujo era letal, su piel estaba encendida en llamas y Uligar no podía acercarse mucho.

El brujo lanzó una poderosa descarga de energía oscura sobre el mago que inmovilizado y aterrado por el poder de brujo y demonio combinados, no pudo esquivar.

Uligar cayó al suelo, estaba mal herido, fue entonces que el guardia vil aprovechó la ocasión y le acertó un fuerte golpe con el bastón de su hacha por la espalda, el mago estaba herido, a punto de la muerte, no había tenido la oportunidad de dar el primer golpe y ya estaba mal herido.
Imagen

Dominusnecis se acercó a Uligar dispuesto a dar el golpe final con sus garras enormes pero en ese momento la transformación del brujo falló, regresó a su forma normal.
Uligar aprovechó la ocasión para atravesar el pecho del guardia vil con un gran proyectil de hielo y la poderosa criatura, cayó.

Dominusnecis estaba sorprendido y no podía moverse, efecto secundario que tenía el brujo cuando usaba su metamorfosis.

-¡No…!-Fue lo único que pudieron articular los labios del brujo.

Uligar lo arrojó al suelo con una ventisca fría pero el brujo seguía paralizado, Uligar comenzó a invocar una lluvia de poderosos proyectiles de hielo que cortaban profundamente el cuerpo de Dominusnecis y rompían su armadura, gritos de dolor salían de su boca.

El mago, satisfecho con su victoria, regresó a Molino Tarren riéndose de Dominusnecis, el pobre brujo estaba inconsciente al borde de la muerte con múltiples cortadas en todo su cuerpo que en el futuro serían cicatrices y también con todo su honor y orgullo resquebrajados por la mitad.
Imagen



Escrito por Christian Jiménez (Dominusnecis).


Gracias por leer.


Habrá una tercera parte: La Caída de un Héroe: Inteligencia de Ventormenta 7.


Visita el siguiente link para dejar un comentario: http://foros.wowcore.es/viewtopic.php?f=86&t=54302

1 comentarios:

http://ganymedebloodbrothers.blogspot.com dijo...

Está fascinante tu relato, déjame darte las más sinceras felicitaciones de parte de toda La Cruzada de la Muerte.

Publicar un comentario